El arroz constituye el alimento principal de la mitad de la humanidad. Existen unas 8.000 variedades distintas y se agrupan según el largo de los granos; además se pueden separar entre integrales y blancos. Loas arroces integrales son aquellos granos enteros a los que se les ha extraído la vaina externa no comestible, mientras que los blancos están pulidos y por lo tanto carecen de corteza. Entre los más conocidos tenemos al Yamaní, arroz redondeado de excelente sabor recomendado para personas de salud delicada; el Largo fino, muy aromático y de consistencia esponjosa; el Doble, de similares características que el fino pero de mayor volumen; el arroz Basmati, muy aromático, de textura y sabor suave y seco, indispensable en la cocina india; el arrocín o grano partido, etc. Los arroces son muy ricos en hidratos de carbono, fuente de calorías y aportan proteínas de gran calidad. Pobres en grasas, contienen minerales como hierro y magnesio y aportan vitamina B. Son ideales para problemas de insuficiencias cardíacas y renales, y enfermos con edemas debido a su bajo contenido en sodio y potasio. El arroz es un alimento muy digestivo, evita el estreñimiento y ayuda a reducir los niveles de colesterol y de azúcar en sangre; además carece de gluten por lo que es apto para el consumo de los celíacos.